Cuando uno entra en el universo de las cocinas profesionales, ese mundo lleno de aromas que despiertan los sentidos, hay una realidad que a menudo queda oculta tras los fogones: la seguridad. Y en este contexto, hablar de sistemas de extinción automática no es un capricho ni un lujo; es una necesidad tan fundamental como el aceite en una sartén o el calor en los fogones. ¡Hablemos de ello! Primero, la normativa. ¿Quién manda aquí? Pues el Código Técnico de Edificación, con su Documento Básico de Seguridad contra Incendios (DB SI), que dicta claramente cuándo y dónde hay que instalar estos sistemas. Para las cocinas de uso hospitalario o residencial público, la norma es estricta: si la potencia supera los 20 kW, el sistema de extinción automática es obligatorio. En el caso de otros usos, como los comerciales o residenciales no públicos, el límite se eleva a 50 kW. Aquí es donde empieza el desliz de muchos que interpretan la norma de forma alegre, pero no te preocupes, querido lector, que aquí te lo aclaramos todo. Para el cálculo de esa potencia, sólo se consideran los aparatos destinados a preparar alimentos y que puedan provocar ignición. Las freidoras y sartenes basculantes tienen su propia regla: 1 kW por cada litro de capacidad, sin importar su potencia real. Además, el sistema de extinción cocinas debe cubrir no sólo los aparatos, sino también el sistema de extracción de humos. Es decir, que no basta con colocar el sistema y rezar a los santos del acero inoxidable: hay que hacer un cálculo exacto sumando cada plancha, fogón, horno y baño María que opere en la cocina.

Protección pasiva o extinción automática: el dilema

El CTE clasifica las cocinas como locales de riesgo especial. Esto implica medidas adicionales como puertas cortafuegos y otros elementos que elevan los costes y complican los permisos de actividad. Sin embargo, el mismo documento permite una salida elegante: si instalamos un sistema de extinción automática, la cocina puede dejar de ser considerada un espacio de riesgo especial. Y aquí está la clave: a partir de 20 kW, podemos evitar esta categoría con una buena instalación de extinción automática.

El equipo Protex de Finding Life Project SL: una joya de la seguridad

Protex no es un sistema cualquiera; es la élite de los sistemas de extinción automática. Cumple con la normativa UNE 23501:2017, está homologado y su instalación debe ser realizada por expertos reconocidos por la industria. ¿Qué lo hace especial? Aquí unos puntos destacados:

  • Rapidez y eficacia: En caso de incendio, el agente extintor actúa en segundos, sofocando el fuego y evitando su reignición.
  • Seguridad e inocuidad: Es un sistema seguro para el personal de cocina y utiliza un agente extintor líquido que no representa riesgo alguno.
  • Facilidad de limpieza: Tras su activación, el proceso de limpieza es rápido y sin complicaciones.
  • Instalación discreta: Se adapta al espacio sin entorpecer el trabajo diario de los cocineros.

El sistema de extinción para la campana extractora industrial  incluye componentes esenciales como el cable sensor térmico, un pulsador manual para activación manual, difusores específicos y tuberías de acero inoxidable, material por excelencia en la hostelería. Además, el agente extintor es un espumógeno especialmente diseñado para grasas, capaz de apagar un incendio en segundos.

Instalación del sistema de extinción automática, mejor en manos de Finding Life Project SL

Y es que la instalación de un sistema de extinción automática no sólo es una cuestión de normativa, sino de sentido común y seguridad. Porque la tranquilidad de saber que un incendio puede ser sofocado en un abrir y cerrar de ojos no tiene precio, sobre todo en un entorno donde la prevención es la mejor receta. ¡Apostemos por la seguridad en nuestras cocinas!