¿Te exige tu aseguradora un sistema certificado contra incendios en la campana extractora? Descúbrelo aquí
¿Te exige tu aseguradora un sistema certificado contra incendios en la campana extractora? Descúbrelo aquí
Hay preguntas que, aunque parecen simples, esconden una tormenta de normativa, responsabilidad y, sobre todo, seguridad. Una de ellas es esta: ¿te exige tu aseguradora un sistema certificado contra incendios en la campana extractora? La respuesta corta es sí. La larga —y la que más interesa a quienes gestionan cocinas profesionales— tiene que ver con cómo proteger la inversión y garantizar que el negocio no se apague, literalmente, por un incendio evitable.
En el corazón de cada cocina profesional late un conjunto de elementos que no solo cocinan: también construyen confianza, durabilidad y seguridad. El mobiliario de hostelería de acero inoxidable es, por eso, el primer pilar de cualquier instalación moderna. Su resistencia al fuego, a la corrosión y al desgaste diario no es solo una cuestión estética: es el punto de partida de la prevención.
Cuando las aseguradoras examinan una cocina, no miran solo el tamaño de la campana o la potencia de la freidora. Lo que analizan es el equilibrio entre riesgo y control. En ese balance, los materiales ignífugos, las superficies limpias y los sistemas automáticos certificados son los guardianes invisibles de la continuidad del negocio.
Y sí, si tu cocina cuenta con una campana extractora industrial con motor, el siguiente paso lógico —y exigido por las aseguradoras— es dotarla de un sistema de extinción automática certificado. Porque la grasa no espera y el fuego tampoco.
Por qué las aseguradoras ponen el foco en las campanas extractoras
Los datos son demoledores: más del 60% de los incendios en locales de hostelería se originan en la cocina, y dentro de ella, el punto crítico es la campana extractora. No es una cuestión de azar, sino de física: el calor, el aceite y el aire forman una combinación explosiva. Si el sistema de extracción no está correctamente mantenido ni protegido, basta una chispa para desencadenar un siniestro.
Las compañías de seguros lo saben y, por eso, endurecen sus políticas. Hoy, la mayoría exige que las campanas industriales dispongan de sistemas certificados según normas como la UNE-EN 16282-7, la UNE 23510 o la UL300. No se trata de burocracia, sino de reducir pérdidas que, año tras año, alcanzan cifras millonarias en indemnizaciones.
Mobiliario de acero inoxidable: el aliado silencioso contra el fuego
En esta ecuación, el mobiliario de hostelería de acero inoxidable no es un extra: es un seguro de vida para tu negocio. Su capacidad para resistir altas temperaturas, no propagar el fuego y mantenerse estable bajo condiciones extremas convierte cada superficie, mesa o mueble en una barrera pasiva contra incendios. Es más: muchas aseguradoras valoran positivamente —e incluso premian con descuentos en póliza— las cocinas que acreditan el uso de este tipo de mobiliario.
Las cocinas modernas, en las que la estética convive con la eficiencia, apuestan por el acero inoxidable no solo por higiene, sino por seguridad. Cada elemento certificado suma puntos en la evaluación del riesgo, y eso, al final, se traduce en tranquilidad y en ahorro.
Por eso, cuando se instala una campana industrial con motor, conviene acompañarla de un mobiliario que mantenga la coherencia con el estándar de protección que exige la aseguradora. No basta con cumplir; hay que demostrarlo, con certificados, mantenimientos y documentación en regla.
El marco normativo: lo que realmente piden las aseguradoras
La normativa es clara y se articula alrededor del Real Decreto 513/2017 (RIPCI), que regula las instalaciones y el mantenimiento de los sistemas de protección contra incendios. Este Real Decreto obliga a que los equipos sean certificados, instalados por empresas autorizadas y revisados de forma periódica. Y lo que es más importante: exige trazabilidad documental.
En la práctica, las aseguradoras piden tres cosas básicas:
- Un sistema automático de extinción certificado según UNE-EN 16282-7 o UL300.
- Instalación profesional realizada por empresa autorizada.
- Mantenimiento anual y limpieza periódica de campanas, filtros y conductos.
Incumplir cualquiera de estos puntos no solo pone en riesgo la seguridad del local, sino también la validez del seguro. Si ocurre un incendio y el sistema no cumple con los requisitos, la aseguradora puede reducir la indemnización o, directamente, denegarla.
¿Qué ocurre si tu campana no tiene sistema certificado?
El escenario más temido. Cuando sucede un siniestro, la aseguradora realiza una auditoría técnica. Si no hay sistema certificado, si no existe un mantenimiento registrado o si la instalación fue ejecutada por personal no autorizado, las consecuencias son claras:
- Reducción o anulación de la indemnización.
- Incremento de la prima en renovaciones.
- Incluso, retirada de cobertura en casos reincidentes.
En un sector como la hostelería, donde el margen entre el beneficio y la pérdida es estrecho, estas decisiones pueden suponer el cierre temporal o definitivo de un negocio.
La prevención empieza con materiales y termina con documentos
La prevención contra incendios no se limita a los sistemas automáticos. Empieza en la elección del material con el que se equipa la cocina. Un mobiliario fabricado en acero inoxidable AISI 304 o 316, con cantos soldados y superficies sin poros, minimiza la acumulación de grasa y facilita la limpieza. Menos grasa, menos riesgo. Tan simple, y tan crucial.
El segundo paso es documental. Cada revisión, cada mantenimiento, cada certificado debe conservarse. En caso de incendio, el inspector del seguro pedirá esa información antes incluso de mirar los daños materiales. La trazabilidad técnica es el lenguaje que entienden las aseguradoras.
Y si aún te preguntas si exigen las aseguradoras la instalación de sistemas certificados para protegerte del fuego en tu campana extractora, la respuesta sigue siendo rotunda: sí, lo hacen. Y lo hacen porque el fuego no da segundas oportunidades.
Ventajas de tener un sistema certificado y mobiliario de calidad
Además de cumplir con la normativa, un sistema certificado y un entorno de acero inoxidable ofrecen ventajas tangibles:
- Activación automática inmediata, sin intervención humana.
- Control del fuego antes de su propagación por el conducto.
- Reducción del impacto económico y del tiempo de inactividad.
- Revalorización del local a ojos de aseguradoras e inspectores.
- Mejor puntuación en auditorías de seguridad alimentaria y contra incendios.
Al final, todo se resume en un principio básico: quien protege su cocina, protege su futuro. Las aseguradoras no imponen estas condiciones por capricho, sino porque la experiencia demuestra que los negocios que invierten en prevención sobreviven más, gastan menos y pagan primas más justas.
La seguridad no se negocia
En tiempos donde la competencia aprieta y los márgenes se estrechan, invertir en seguridad no es un gasto, es una estrategia. Un mobiliario de hostelería de acero inoxidable, una campana extractora con sistema certificado y una documentación impecable son las tres defensas más sólidas frente a un incendio y frente a cualquier aseguradora.
Porque, al final, las aseguradoras solo te pedirán una cosa: demostrar que hiciste todo lo posible por evitar el fuego. Y eso, en el lenguaje de las cocinas profesionales, se traduce en acero, extinción automática y cumplimiento del RIPCI.